Una reciente investigación de la Universidad Autónoma de Madrid, el Centro de Investigación en Biodiversidad y Cambio Global, el CSIC y la Fundación Entretantos analiza hasta qué punto es posible la coexistencia entre ganadería extensiva y fauna silvestre en la Sierra de Madrid. 

El estudio, que analiza las dimensiones sociales asociadas a la recuperación de diferentes especies entre las que se incluye el lobo, busca, a través de las entrevistas a partes interesadas, explorar las percepciones sobre estas especies, identificar conflictos, promover la coexistencia entre la fauna salvaje y la ganadería extensiva y determinar estrategias para superar los conflictos y conciliar la conservación de la naturaleza con las prácticas ganaderas. 

La zona de estudio, que se centra en Colmenar Viejo y la Sierra del Rincón, comprende áreas en las que el lobo se está expandiendo. La investigación, a través de entrevistas semiestructuradas, analiza el impacto de esta expansión (así como de la presencia de otras especies) en las prácticas ganaderas desde perspectivas conservacionistas, académicas, ganaderas, cinegéticas y técnicas. 

Como es esperable, el tema del lobo genera una fuerte divergencia de opiniones. Su expansión es considerada un gran riesgo desde la perspectiva ganadera y cinegética; mientras que desde la postura conservacionista se considera una oportunidad. 

Pese a esto, la investigación determina también que un elevado número de partes interesadas(63%) considera que la ganadería extensiva puede coexistir con la fauna salvaje. Y hay un acuerdo todavía mayor (88%) sobre la necesidad de facilitar medidas para alcanzar dicha coexistencia. El estudio pone aquí el foco en el papel de la administración, de un manejo adecuado y de una mejor coordinación entre las diferentes partes involucradas en la gestión y el uso del territorio. 

Junto a esto, el estudio indica también que la promoción de la ganadería extensiva y las prácticas pastoriles es una vía para conciliar la producción ganadera con la conservación de la biodiversidad; poniendo el foco en los servicios ecosistémicos generados por la ganadería extensiva. 

Finalmente, la investigación concluye que los efectos negativos de la fauna salvaje sobre la ganadería pueden ser minimizados solo a través de una implementación colectiva de medidas que incluya a todas las partes en el conflicto y de un enfoque colaborativo y respetuoso con las necesidades del sector ganadero. 

El artículo, originalmente publicado en la revista People and Nature, puede ser consultado en su versión en inglés en el siguiente >> ENLACE <<

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